Evidentemente existe un deterioro natural del cuerpo, sin embargo, cuando se presentan las primeras alteraciones de este tipo, es decisivo el manejo para controlar el posible avance, y por consiguiente, disminuir la posibilidad de daños mayores en órganos y en la calidad de vida.
“No todos saben cómo debe ser el cambio en el cuidado de la salud cuando se inicia la tercera edad – comenta el Dr. Carlos Humberto Gámez Mier, Presidente de la Asociación Mexicana de Gerontología y Geriatría.- No sólo en lo que se refiere al cuidador o familiar, incluso el mismo adulto mayor debería estar completamente involucrado en los hábitos que deberá observar. Con la información adecuada habría menos colapsos del cuidador o situaciones difíciles de resolver en términos emocionales”.
Las demencias constituyen una de las principales causas de colapso en el cuidador primario, se presentan en pacientes mayores de 60 años con una frecuencia del 4 al 6% y aumenta su riesgo con la edad. La demencia debe tener un abordaje integral, además del componente farmacológico se necesita la actividad, es necesario mantener la funcionalidad cognoscitiva del adulto mayor con técnicas muy claras de medición del
deterioro cognitivo. Para el tratamiento farmacológico, el fitofármaco Tebonin OD con extracto especial de Ginkgo Biloba, EGb 761 posee innumerables estudios clínicos que han demostrado su eficacia para el tratamiento de una de las demencias más comunes, la enfermedad de Alzheimer. Esta terapia actúa mejorando la capacidad intelectual, síntomas neuropsiquiátricos y calidad de vida sobre la evaluación global del paciente con Deterioro Intelectual.
En lo que se refiere al paciente con demencia, el familiar sigue siendo uno de los principales responsables del cuidado cotidiano, una labor que implica una gran presión a nivel físico y emocional.
De acuerdo al especialista, entrevistado durante el XXVII Congreso de Gerontología y Geriatría realizado en la ciudad de Querétaro, los pilares del manejo terapéutico del adulto mayor son: envejecimiento saludable, es decir, control de sus padecimientos; envejecimiento activo, que desarrolle actividad y colabore con la adherencia terapéutica; y tercero, envejecimiento en casa, ser cuidado, amado y protegido por su familia.
De igual forma, se deben fortalecer cuatro esferas: la física a través del mantenimiento, la cognitiva a través de actividad mental, la emocional y, estrechamente relacionada, la socialización.
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