Es importante tener en cuenta que si bien las necesidades calóricas disminuyen con la edad avanzada, el requerimiento de nutrientes esenciales son similares a los de un adulto. Más aún en aquellas personas que presentan enfermedades propias de la edad, infecciones, trastornos digestivos o realizan tratamientos con determinados medicamentos.
Los siguientes son algunos de los factores a considerar en el momento de planificar un programa de alimentación ajustado a las necesidades de la tercera edad:
– Alteraciones digestivas. Producto de una reacción normal de los jugos gástricos. Esto dificulta también en la absorción de nutrientes, en especial de algunas vitaminas y minerales.
– Dentadura inadecuada: una gran proporción de adultos mayores tiene la dentadura incompleta o prótesis que le impiden masticar adecuadamente los alimentos. Esto dificulta la función digestiva.
– Pérdida de apetito: como consecuencia de la disminución de los sentidos del gusto y el olfato. Disminuye también la saliva, lo cual produce cierta sequedad en la boca.
– Hábitos alimentarios: en general los adultos mayores mantienen costumbres muy establecidas. En este sentido será necesario modificar de a poco aquellos hábitos que haya que cambiar para lograr una buena alimentación.
– Situación social y económica: los adultos mayores que viven solos y no cuentan con la atención de su familia pueden sentirse desmotivados y carecer de medios para realizar una alimentación saludable. Se ha comprobado que las personas mayores tienen más apetito cuando se sienten acompañados.
Así, durante la vejez conviene: comer varias veces por día pequeñas raciones. Aumentar el consumo de fibras: cereales integrales (pan, arroz y galletitas integrales), legumbres, frutas y hortalizas. Incrementar el consumo de alimentos ricos en calcio (leche, yogurt, leche cultivada, descremadas); beber por lo menos dos litros de líquidos (agua, soda, jugos, caldos, infusiones, gelatinas) y disminuir el consumo de grasas y colesterol (evitar el exceso de quesos duros, carnes grasas, fiambres, embutidos, yemas de huevo, frituras, manteca, crema, productos de confitería).