Todas las personas mayores observan un cambio en la cantidad y calidad de su sueño. Los plazos para lograr dormirse aumentan y las fases del sueño se modifican. Investigaciones científicas demostraron que el sueño es menos reparador que durante la juventud. Además, los mayores efectúan más siestas y tienden a adormecerse delante de la televisión o realizando otras actividades. Esto es causado por el aumento de sueño ligero durante el día.
En la mayoría de los casos, el sueño suele ser perturbado por modificaciones que se producen en el organismo. Debido a los dolores musculares y articulares, las personas de la tercera edad presentan dificultades para encontrar una posición cómoda. También se despiertan a menudo para ir al baño. Además, algunas afecciones médicas frecuentes en la vejez afectan las capacidades para dormir. Entre éstas, podemos citar las enfermedades pulmonares y cardíacas, artritis, reflujo del esófago, depresión y demencias.
Es importante acudir a un médico cuando la persona mayor empieza a tener impedimentos en el sueño para asegurarse que no están relacionados con problemas de salud. Una vez que se eliminan estos causantes, puede recurrir a técnicas sencillas para lograr dormirse más fácilmente y aprovechar de un sueño reconfortante.
Cómo tener un descanso reparador
Estilo de vida
Es fundamental alejarse de los malos hábitos, ya que suelen acentuar los cambios asociados con la vejez. Debes adoptar un estilo de vida sano para atenuar los trastornos de sueño. Por lo tanto, reduce el consumo de cafeína, evita las comidas pesadas en la noche e intenta no efectuar siestas muy largas durante el día. Asimismo, debes practicar deporte cotidianamente durante 30 minutos.
Comodidad
Cuando los problemas de sueño están relacionados con un dolor crónico, se aconseja adoptar medidas para incrementar la comodidad de la persona mayor. Se puede aplicar una bolsa de agua caliente o fría sobre la zona adolorida, masajear la parte del cuerpo afectada, entre otros. Asimismo, las dificultades respiratorias suelen perturbar el sueño. En este caso, se recomienda acostarse en posición semisentada, apoyándose sobre dos almohadas y así, reducir los esfuerzos para respirar.
Estrés psicológico
Los mayores suelen preocuparse por sus familiares, aburrirse, temer a la muerte y recordar momentos tristes, lo que perjudica su sueño. Es esencial estar atento a todas las manifestaciones de estrés psicológico y ayudar a la persona a expresar sus miedos, emociones y frustraciones. En los casos más severos, se recomienda practicar ejercicios de relajación, yoga o rezar en familia.
Habitación
Generalmente, las personas mayores están acostumbradas a una cierta rutina, la cual debe ser respetada para ayudarles a conciliar el sueño. Asimismo, evita llenar su cuarto de objetos y muebles inútiles y provéele los utensilios necesarios según su estado de salud como ser un orinal, por ejemplo. Algunas personas se ponen nerviosas con la oscuridad. No dudes en dejar una luz prendida. Esto también contribuye a disminuir los problemas de desorientación causados por la pérdida de la vista y reducir las caídas.
Luminoterapia
Esta terapia compensa la falta de luz natural que tienen las personas mayores, las cuales suelen salir menos al aire libre. También reequilibra los horarios y actúa de manera directa sobre la calidad del sueño. Se sugiere realizarla entre las 16.00 y 20.00 horas para que duerman más tiempo. Asimismo, es importante brindarles una iluminación artificial en su casa para evitar accidentes.
Fitoterapia
Es preferible acudir al poder de las plantas para favorecer el sueño en vez de empezar un tratamiento médico. El toronjil, lúpulo y valeriana son remedios muy eficaces para dormir, ya que tienen un efecto sedativo. Los puedes consumir en infusiones o utilizar aceite esencial de los mismos. Sin embargo, solicita algunos consejos a tu médico antes de ingerir estas plantas, ya que algunas pueden interactuar con ciertos medicamentos.
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