Las imágenes de un abuelo conversando animadamente con su nieto a través del celular o un adulto mayor leyendo mediante una tablet son cada vez más usuales, a medida que las personas de ese segmento comienzan a familiarizarse con las nuevas tecnologías.
A diferencia de las llamadas Generaciones Y y Z, que acompañaron prácticamente desde la cuna el auge de la informática e Internet, los más veteranos encontraron su mundo invadido por aparatos que nunca imaginaron. Y tuvieron que salir a descubrirlos, a veces a regañadientes y en otras ocasiones con cierto temor.
Era frecuente que, al estar ya fuera del mercado laboral por haberse acogido a la jubilación, el adulto mayor pudiera sentir que las tecnologías de la información ya no lo involucraban, sin profundizar en los aspectos en que podían beneficiarlo en la vida diaria.
Esa brecha, sin embargo, comienza a cerrarse. Hoy, los adultos mayores ya saben cómo manejar esos inventos y cómo aprovecharlos mejor. Los dos usos más extendidos, según coinciden especialistas, son el entretenimiento y la comunicación. No resulta muy diferente a lo que obtienen de sus dispositivos otros segmentos de edad, aunque la forma de hacerlo, el contenido y hasta el lenguaje resulten muy propios.
Una de las cosas fundamentales que buscan es el entretenimiento: juegos, pasatiempos, hobbies, series de televisión. Toda la gama posibilidades dentro de la web para perseguir sus intereses.
El otro gran objetivo es estar comunicados y sentirse más acompañados por sus familiares gracias a la tecnología. Es el caso de mucha gente que tiene los hijos o los nietos en el exterior. El contacto se facilita en forma importante.
La experiencia indica que el adulto mayor puede mejorar así su calidad de vida en el aspecto no menor de la interacción social.
Así, es posible incluso que se sientan “rejuvenecidos”. Esto tiene que ver con “una actitud mental que es previa al uso. Aquellos que están con la disposición para incorporar esa nueva tecnología, para aprender a usarla, son más proclives a sus resultados. Y eso les permite conocer la jerga de la que se habla en la televisión, por ejemplo. En definitiva, sentir que uno sigue vigente y no está fuera del mundo.
El acceso.
Un fenómeno vinculado a este proceso es que, a diferencia de la educación tradicional, que se impartía desde los mayores a los más jóvenes, en virtud de la experiencia que dan los años, en este caso puede ser al revés. Muchas veces, los introductores de tecnología en los abuelos son los nietos.
Ello marca ya una diferencia entre quienes tienen nietos y los que no. El adulto mayor que se siente inseguro sobre cómo dar el paso, necesita de alguien que disponga de tiempo para enseñarle, porque a veces los hijos no tienen tiempo ni paciencia para hacerlo.
Sin embargo ,basta con buscar en Google “cursos de informática para la tercera edad” y se despliega un amplio abanico de opciones, tanto públicas como privadas.
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