Los adultos mayores que hacen trabajo voluntario suelen tener una mejor salud, porque ayudar a los demás los protege a ellos mismos de la hipertensión arterial.
Rodlescia Sneed, psicóloga de la Universidad Carnegie Mellon (Estados Unidos) que condujo el estudio, explica que hacer trabajo voluntario ayuda a los adultos mayores a conectarse con los demás. “Hay mucha evidencia de que tener buenas conexiones sociales promueve un envejecimiento saludable y disminuye el riesgo de sufrir muchas patologías “, explica.
Sus conclusiones fueron publicadas en la revista Psychology and Aging.
Ayuda mutua
“Cada día sabemos más sobre como los hábitos de vida negativos, como la mala alimentación o la falta de ejercicio físico, aumentan el riesgo de sufrir hipertensión. Aquí, queríamos determinar si un hábito positivo como hacer trabajo solidario puede disminuir el peligro”, explica Sneed.
Con ese fin, los investigadores trabajaron con 1164 adultos de 51 a 91 años de edad. En 2006 y en 2010 les realizaron entrevistas donde hablaron de su estilo de vida, tocando temas como el trabajo voluntario. Además, les midieron la presión arterial.
Sneed observó que los participantes que habían cumplido al menos 200 horas de trabajo solidario tenían un peligro 40% menor de sufrir hipertensión. La especialista explica que no importa el tipo de trabajo voluntario que hacían, ya que cualquier acción destinada a ayudar a los demás contribuyó a la salud de los adultos mayores.
Por ese motivo, la experta considera que el trabajo voluntario puede ser considerado una opción no farmacológica para prevenir la hipertensión. Sneed afirma que “a medida que las personas envejecen, las transiciones sociales como la jubilación y la partida de los hijos muchas veces hacen que los adultos mayores tengan menos oportunidades para la interacción social. Participar en actividades voluntarias les brinda interacciones sociales que quizás no consigan de otra forma”.
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