La valoración, el respeto y la productividad les permite sentirse parte de la familia. Compartir tiempo con ellos ayuda a verlos felices.
Inspiración y conocimiento.
Las personas de la tercera edad son fuente de relatos que muestran una realidad distante, su sabiduría es el reflejo de sus creencias y costumbres. El tiempo es su mayor aliado, así que no dude en compartir con ellos parte del suyo, sean sus abuelos, padres o tíos. La única regla es respetarlos y saber que sus ideas u opiniones son igual de importantes que las suyas.
El mejor vínculo.
Complicidad innata es la que existe entre abuelos y nietos, pero si es de aquellos que odia oír cuando le corrige o pone mala cara cuando le enseña la forma adecuada de realizar los quehaceres u otras actividades, recuerde que cada uno ha sido criado de acuerdo a su época. Así que aproveche el tiempo y realícele preguntas a su abuelo acerca de su juventud, de cómo se enamoró. Hágalo formar parte de su vida.
Valorar a los abuelos.
Los adultos mayores no solo son aquellos que ayudan a los hijos o nietos. Ellos no deben quedarse en casa, son personas que tienen hobbies y aficiones que puede ayudar a cultivar. Los hijos deben devolver el cariño y cuidados que ellos disfrutaron, no como una obligación, sino con amor.