¡A dormir! Cuántas horas de sueño necesitamos según nuestra edad

Los patrones para dormir cambian según la etapa de la vida en la que nos encontremos. Por eso hay horas de sueño recomendadas según la edad, ya que las necesidades orgánicas y el estilo de vida varían.

 

Es muy importante dormir las horas recomendadas según la edad. No dormir lo suficiente trae problemas; de la misma manera, dormir demasiado tampoco es aconsejable. La cantidad de tiempo depende de muchos factores más allá de los años. En casos específicos puede haber variaciones, dependiendo de las circunstancias y la condición de cada individuo.

Resulta muy difícil determinar de forma taxativa los rangos precisos. Hay adultos jóvenes que duermen cinco horas y les resulta perfecto, mientras que otros necesitan dormir nueve. Depende más bien de las señales que indican que no estamos descansando lo suficiente, como cuando uno se siente somnoliento e irritable durante el día.

Así mismo, cuando alguien se despierta en la mañana y a los pocos minutos vuelve a quedarse dormido, posiblemente no haya tenido un descanso nocturno satisfactorio.

La National Sleep Foundation (NSF) presentó un listado con los mínimos y máximos de horas de sueño adecuados según la edad. El mismo se basa en las investigaciones científicas más recientes al respecto.

 

Recién nacidos (0-3 meses): entre 14 y 17 por día.

Bebés (4-11 meses): entre 12 y 15 horas diariamente.

Niños pequeños (1-2 años): entre 11 y 14 horas.

Infantes en edad preescolar (3-5): entre 10 y 13 horas.

Edad escolar (6-13): de 9 a 11 horas.

Adolescentes (14-17): entre 8 y 10 horas.

Adultos más jóvenes (18-25): de 7 a 9 horas.

Mediana edad (26-64): entre 7 y 9 horas.

Tercera edad o adultos mayores (65 o más): entre 7 y 8 horas.

Los bebés necesitan dormir más que los adultos porque esto es esencial para su adecuado desarrollo físico y psicológico. Durante el sueño, en el organismo de los niños hay mayor producción de la hormona de crecimiento. Esta es fundamental para modular el crecimiento de los órganos y la maduración del sistema nervioso.

Así mismo, los bebés y los niños están en permanente proceso de aprendizaje. Solo mediante el sueño logran organizar y fijar la información que han recibido durante el día.

A su vez, durante la adolescencia hay un desajuste temporal del ciclo circadiano, que es una especie de reloj biológico interno. Esto los lleva a que tiendan a dormirse más tarde en la noche y, por lo mismo, tienen más problemas para madrugar.

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