Tercera Edad: Dieta para pasar agosto

En esta etapa de la vida, el organismo experimenta una serie de cambios que es preciso tomar en cuenta.

El envejecimiento es un fenómeno complejo que incluye cambios moleculares, fisiológicos y psicológicos. Surgen así problemas de salud principalmente derivados de una vida con hábitos poco saludables, sumado a la pérdida de movilidad, muchas veces deterioro cognitivo, y una disminución de la función sensorial.

Por ello, es fundamental llegar a la tercera edad con buenos hábitos alimenticios, así los cambios fisiológicos que ocurren no tendrán tanto impacto en la salud.

Los principales problemas, ligados a la nutrición, de las personas  mayores son  la desnutrición y  la obesidad. En ambos casos se puede dar el déficit de micronutrientes. Lo que mayor consecuencias para la salud general en el adulto mayor es la desnutrición.

Desnutrición

Las causas pueden ser psicológicas, fisiológicas o ambas, y puede tener nefastas consecuencias, tales  como una función inmunológica disminuida, pérdida de función cognitiva y masa muscular.

El principal problema de un sistema inmunológico deteriorado, según explica Valerie Engler, Bioquímica y Magíster en Nutrición de ILSI Sur-Andino  es que se suma al deterioro propio del sistema inmunológico causado por la edad. “Al presentar mayores infecciones, se perjudica la ingesta, generando así un circulo vicioso de enfermedad y malnutrición, que lleva a  un deterioro general del estado de salud.”, aclara.

Dentro de las causas la especialista menciona la anorexia generada por una pérdida del sentido del gusto y del olfato, problemas dentales, desordenes digestivos, demencia e incapacidad física para la adquisición y preparación de alimentos. Asimismo el  consumo excesivo de medicamentos puede generar pérdida del apetito por sequedad bucal o malestares gastrointestinales.

Obesidad

Es consecuencia principalmente de una reducción del gasto calórico y una disminución de la actividad física, sumado a una alta ingesta de alimentos, no siempre saludables.

Según explica Engler, cuando hay obesidad la grasa tiende a acumularse en la zona abdominal, lo que provoca un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares.

Deshidratación

Otro de los problemas comunes en la tercera edad es la deshidratación. Las causas según aclara la especialista de ILSI Sur-Andino son  la pérdida de masa muscular, la que funciona como reserva de agua y una  disminución de la sensación de sed.  Esto explicaría que la ingesta de agua y líquidos es menor en esta época de la vida.

La especialista agrega que las demandas energéticas para realizar funciones básicas como respirar, bombear el corazón comienzan a disminuir a medida que pasan los años.

¿Cómo y qué comer?

-Preferir alimentos blandos, principalmente cuando existen problemas dentales. Las sopas son una excelente opción ya que además se estará aumentando la ingesta de agua.

-Si no hay complicaciones gastrointestinales seguir una dieta normal y balanceada, que incluya frutas y verduras cocidas y crudas es lo recomendable. Es importante incluir el agua de cocción para no perder las vitaminas hidrosolubles que en ellas se encuentran.

-Uno de los principales problemas en la tercera edad es el déficit de vitamina D y calcio.  Se recomienda mantener una alta ingesta de lácteos.  Si no se toleran muy bien se recomienda el consumo de productos sin lactosa. La vitamina D, además se adquiere por  la exposición al sol. Muchos adultos mayores permanecen encerrados o aislados sin ser expuestos al exterior, este fenómeno también afectaría la producción de vitamina D.

-Aumentar el consumo de vitaminas del complejo B, especialmente la vitamina B6, que se encuentra en alimentos como huevo  carnes y granos enteros.

– Es muy importante la ingesta de proteínas ya que con la edad se produce una pérdida de masa muscular. Las carnes magras son las ideales. Se pueden consumir carnes molidas en el caso de tener problemas dentales.

-Cuidar la alimentación si se está con sobrepeso. No realizar dietas extremas, o muy bajas en calorías ya que podrían presentar un déficit en micronutrientes.

-El exceso de fibra puede acarrear molestias intestinales, por esto que se debe consumir con precaución. La avena es una buena alternativa ya que entrega energía y nutrientes.

-Aumentar el consumo de líquidos, aunque no se tenga sed. Esto se puede hacer mediante agua, aguas de hierbas, sopas,  etc.

-Las comidas deben ser sabrosas. Esto es muy importante ya que el sentido del gusto está disminuido en los adultos mayores. Se pueden adicionar especies y aliños que no sean irritantes para la mucosa gástrica, evitar adicionar exceso de sal a las comidas.

– Evitar comidas muy secas. La secreción de saliva  en la tercera edad se encuentra disminuida y esto  dificulta la ingesta de los alimentos.

-Evitar las frituras. Los adultos mayores suelen tener un colesterol alto. Es preferible, hornear, hervir o cocinar a la plancha los alimentos, aclara la especialista de ILSI Sur-Andino.

Factores de riesgo

Finalmente la especialista señala que el estado de ánimo influye directamente en la alimentación. “En esta etapa de la vida la depresión, la soledad y el aislamiento social pueden llevar a los adultos mayores a no comer y a desnutrirse”.

Por otro lado, enfermedades como el Alzheimer, Parkinson y Demencia Senil influirían en la nutrición, ya que muchas veces no se acuerdan que ya comieron y lo hacen dos veces, o simplemente no son capaces de alimentarse por sí solos. En estos casos es fundamental el apoyo de la familia o especialistas que los acompañen en este camino.

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